miércoles, 23 de julio de 2008


Es asi como peldaño a peldaño y sin deseos de ser amable, tres gradas hacia abajo encerrada en la noche y sin deseos de escapar de ella, después de haberle visto el rostro a mi querido Shitu y después de haber oído la voz de mi querido sentimiento emocionado cada vez que escucho tu voz. Aprendiendo a tomarse las cosas con calma, a caminar cuando es debido, cuando asaltan esos deseos fortuitos en donde no importa si son quince veinte o treinta y dos cuadras ellas ni sumadas son suficientes para este desahogo necesario de vida, de rutina, de cotidianeidad, de sentirme mala, pero es que sólo estoy cansada y no tolero más, deseo caminar oyendo la misma canción, analizando cada piedra, preguntando a cada polvito, preguntando a cada imagen amorfa si era cierto, si en verdad estaba sucediendo, si los ocho cursos serán aprobados y viendo mi destino final aproximarse y no querer llegar, pero no querer llegar no por no desear a mi destino final, sino porque aún es necesario sumarle cuadras al camino.

domingo, 13 de abril de 2008

Humedecidos.

Hoy, hay grandes deseos de borrarme los días, de disecar mis almas y dejarlas quietecitas, así ateridas en mis deseos y congelarlas para luego poco a poco se disuelvan, se evaporen en líquidos que lloverán recordándo que mis deseos vuelven sobre mí. Caerán y mojarán mis cejas y mis mejillas, hace mucho humedecidas. Deseo; deseo, que te conviertas en hielo y eres ahora un iceberg; pero aun así no me cansaré de desearte y escribirte sabiendo que no estás y que sólo te encuentro en cada gota de mi deseo, humedecido estás por mis deseos cada una de esas gotas son mis deseos y esas te humedecen a ti y a mí, juntos humedecidos por mis deseos no concedidos o aún no concedidos.

martes, 18 de marzo de 2008

Mírame bien.

Es tal vez deshacer, la elección entre corregir los malos pasos o simplemente tomar un café y decidirse por unas disculpas (unas malas disculpas) que no vienen al caso , simplemente ha sido un error y es que aún no sé hacer las cosas bien, todavía me equivoco , casi estoy segura que no es adrede pero aún no lo sé solamente puedo preparar mi café. Y esperar; uno, dos, tres, cuatro, -no más- se ha detenido el tiempo y en el camino retrocedo. Yo doy vuelta termina mi mirada no veo más la fotocopiadora, no arreglo de mal manera mi cabello, no invento más historias y "sí" caigo ahí, rendida ante ti, sin esperar más de cuatro. Volvamos otra vez, dilo otra vez, prometo no volver a caer en la infidelidad de ser fiel a quien no seas tú. Prometo intentar -siquiera- aprender a aprehenderte totalmente y en silencio no volver a decir nada solamente volvamos y aprendamos a tomar un café, uno para dos.