jueves, 30 de julio de 2009

Hurgando razones

A Luis Cernuda

He estado visitando tus razones
hurgando mis deseos
carcomiendo mis uñas
arañando unos temores
- sobretodo - deseando ser Dios
para así habitarte de cualquier modo
- y sobre todo -
que habites sobre mí.

He querido visitar mis razones
y la razón
está fría
con huesos quebrados
ánimos desechos
próximas melancolías
y una sonrisa asesina que no sabe disimular.

Volviendo así
a calentar sus manos entre mis piernas
a hurgar sus piernas entre mis manos
saliendo del circular frío de mi círculo corazón
por este camino no distante
a donde no me habite la razón.


jueves, 16 de julio de 2009

La Auténtica diferencia

La necesidad de observar y de aceptar las diferencias sobretodo en la tradición de cada una de las culturas generaría un mayor equilibrio. Por ejemplo, el aceptar que la muerte en algunas cosmovisiones es un ritual que debe ser cumplido ya que hay una justificación de corte tradicional. La aceptación de los otros y el entendimiento ayudaría a tolerar y generar un clima de equilibrio y a no caer en la mayor de las paradojas del tiempo contemporáneo: la necesidad de asesinar para generar la vida. El conflicto que se genera al no utilizar la mejor de las herramientas “la palabra” esta observación es representado en los guiones de la película de David Lynch “El hombre elefante”, Joseph Merrick (el hombre elefante) dice al ser cercado por un grupo de hombres que después de descubrir su rostro y observar su “diferencia” quieren cazarlo como si se tratara de un animal, él, atemorizado y desesperado dice:
- ¡NO! Yo no soy ningún monstruo, no soy un animal. Soy un ser humano, soy un hombre. (Al terminar de decir estas palabras Joseph se desvanece).
En esta película se demuestra la violencia a la que el hombre es capaz de llegar con tal de satisfacer su morbo y su placer. Eso es lo que esta sucediendo no somos capaces de observar la diferencia profunda, sino que sólo vemos los ojos sin ser capaces de observar la mirada. La diferencia territorial marca esa mala visión, sólo ver esa diferencia sin llegar a comprender la tradición.

Unos campesinos de poncho, sombreros de fieltros y ojotas de cuero, esperaban frente a la reja. Cuando la Cherokee se detuvo, se acercaron agitando el puño y gesticulando. Sus dientes enormes, sus bocas manchadas de verde, sus cuellos llenos de tendones, se repetían con leves variantes. El doble blindaje de la Cherokee no permitía oír sus gritos.
- Creen que es el ingeniero- dijo Benancio- Quiero decir, creen que usted es don Tato.
- ¿Son vanguardistas?
- Que ocurrencia, ingeniero, de ninguna manera, no todos los que parecen son, pues, ese es el problema. Estos son comuneros que vienen de San Pedro
.
[1]

El observar al otro no lo es todo sino que además es necesario intentar comprender o al menos respetar esa otra visión. Desde la perspectiva psicoanálitica, el respeto al que nos estamos refiriendo, puede ser llamado silencio inaccesible que es el espacio al que quienes no comprenden esa otra mirada no debe intentar inmiscuirse, lo que no implica negarse la posibilidad de percibir o sentir, esta comunicación (donde la palabra hace muy amplia la distancia entre el significado y el significante) es el tipo de declaración de las artes. Freud hablaba de este tipo de comunicación artística al comparar a la piedra y a la escultura en piedra. La piedra no puede hablar de por sí, sin embargo, cuanto poder de comunicación transmitía esa escultura, el poder comunicativo del arte no es totalmente comprendido, sino que hay rasgos de percepción y sentimiento. Sin embargo, la globalización nos absorbe y nos quiere aunar y convertir un todo totalizante.

La globalización” es el término que comúnmente se utiliza para dar cuenta de esa extraña experiencia del “mundo que se agota”. En medio de una sociedad sitiada y de una modernidad líquida, asistimos a un “planeta globalizado, donde no hay un “afuera”, no hay “tierra de nadie” a la cual “los otros” puedan ser deportados”.
[2]


El espacio en el mundo globalizado tiende a uniformizar a las personas todos debemos ser igual que los demás sino se despierta la sospecha y se adquiere culpa. A su vez esta culpa obliga a muchos a pertenecer a grupos que a los que no pertenece, es lo que sucede en la novela se dice que por que tienen características semejantes son parte de vanguardia roja aparece la tendencia totalizar todo.
La comunicación sirve para dilucidar y diferenciar los grupos, en el caso de la novela es crucial establecer esta diferencia ya que la división de los grupos está regida por el tema de la fragmentación que estos tiempos no tolera ya que ahora la visión es, si hay dos grupos esto quiere decir que serán dos grupos enfrentados ya que se establece la teoría del “conmigo o contra mí”.
El objetivo de Grüner es mostrar las diferencias que hay entre todos y a su vez abrir los ojos ante esta diferencia de este modo se podrá investigar e intentar llegar a ese equilibrio tan ansiado por todas las ideologías que buscan ser la receta perfecta, receta, que no existe porque no podemos hablar de totalidades. En la siguiente cita, Vasili Grossman, describe esa situación: …así tras haber perdido el bien su universalidad, el bien de una secta, de una clase, de una nación, de un Estado, asume una universalidad engañosa para justificar su lucha contra todo lo que él conceptúa como mal.
[3]


[1] De Piérola, José. El camino de regreso, Lima, Norma, 2007, p. [161]
[2] Quijano Valencia, Olver. Visiones prácticas de diferencia económica-cultural en contextos poscoloniales. Colombia, 2006, p. [5]
[3] Grossman, Vasili. Vida y destino. Lumen, México, 2008.

miércoles, 8 de julio de 2009

La excusa más cobarde es culpar al destino.

Luchito Cernuda.

Cómo llenarte, soledad,
sino contigo misma...

De niño, entre las pobres guaridas de la tierra,
quieto en ángulo oscuro,
buscaba en ti, encendida guirnalda,
mis auroras futuras y furtivos nocturnos,
y en ti los vislumbraba,
naturales y exactos, también libres y fieles,
a semejanza mía,
a semejanza tuya, eterna soledad.

Me perdí luego por la tierra injusta
como quien busca amigos o ignorados amantes;
diverso con el mundo,
fui luz serena y anhelo desbocado,
y en la lluvia sombría o en el sol evidente
quería una verdad que a ti te traicionase,
olvidando en mi afán
cómo las alas fugitivas su propia nube crean.

Y al velarse a mis ojos
con nubes sobre nubes de otoño desbordado
la luz de aquellos días en ti misma entrevistos,
te negué por bien poco;
por menudos amores ni ciertos ni fingidos,
por quietas amistades de sillón y de gesto,
por un nombre de reducida cola en un mundo fantasma,
por los viejos placeres prohibidos
como los permitidos nauseabundos,
útiles solamente para el elegante salón susurrado,
en bocas de mentira y palabras de hielo.

Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona
que yo fui,
que yo mismo manché con aquellas juveniles traiciones;
por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos,
limpios de otro deseo,
el sol, mi dios, la noche rumorosa,
la lluvia, intimidad de siempre,
el bosque y su alentar pagano,
el mar, el mar como su nombre hermoso;
y sobre todo ellos,
cuerpo oscuro y esbelto,
te encuentro a ti, tú, soledad tan mía,
y tú me das fuerza y debilidad
como el ave cansada los brazos de la piedra.

Acodado al balcón miro insaciable el oleaje,
oigo sus oscuras imprecaciones,
contemplo sus blancas caricias;
y erguido desde cuna vigilante
soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los hombres,
por quienes vivo, aún cuando no los vea;
y así, lejos de ellos,
ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres,
roncas y violentas como el mar, mi morada,
puras ante la espera de una revolución ardiente
o rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo
cuando toca la hora de reposo que su fuerza conquista.

Tú, verdad solitaria,
transparente pasión, mi soledad de siempre,
eres inmenso abrazo;
el sol, el mar,
la oscuridad, la estepa,
el hombre y su deseo,
la airada muchedumbre,
¿qué son sino tú misma?

Por ti, mi soledad, los busqué un día;
en ti, mi soledad, los amo ahora.



jueves, 2 de julio de 2009

De tiempos difíciles e intensos sentimientos

Un ingeniero de sistemas con un apasionado interés por las letras, ese es José de Piérola. Su madurez en las letras se consolida en la década de los 90’ y a finales de ésta empiezan a llegarle los reconocimientos literarios. En 1998 obtuvo el Premio Internacional Max Aub por el cuento “En el vientre de la noche”, en el 2000 tiene dos reconocidas menciones: gana el primer puesto del Copé con el cuento “Lápices” y con “Un beso de invierno”, el Premio de Novela Corta del Banco Central de Reserva.

En el 2008 se publica Sur y Norte (Lima, Editorial Norma, 2008) cuyo tema principal gira en torno a la etapa en la que el Perú vivió un ciclo plagado de violencia y represión. El enfrentamiento armado entre un grupo terrorista y las fuerzas militares además de las respectivas consecuencias, son su esencia. Este libro comprende nueve cuentos, divididos en tres grupos y subtitulados: “Sur”, “Sur y Norte”, “Norte”. Una de las consecuencias del enfrentamiento armado es la migración, tema de mayor envergadura en el libro. La división de los relatos se da por el espacio físico en el que se recrean las narraciones.

La ubicación donde se desarrollan las historias es importante, puesto que este es la base de los sentimientos en cada uno de los personajes. La distancia es un tema recurrente sobre todo en la última parte del libro, “Norte”, los cuatro cuentos que la conforman están ubicados fuera del Perú y se percibe la añoranza por regresar a la patria. Las dos primeras historias de la obra se relacionan con el conflicto, antes mencionado y están ubicadas en el Perú. Aunque no sobresale en mayor medida la diferencia de la zona geográfica se puede conocer, gracias al estilo del autor, de manera tangencial (no por eso menos importante) la remarcada diferencia que existe entre vivir fuera y dentro del Perú.

Otro tema, es el afectivo, tanto en “Sur” como en “Norte”, sobretodo en: “El futuro en la mirada”, “Desearé” y “Extraño a Miles Davis”. Hay una idealización del amor, el conflicto radica en la ambivalencia de los sentimientos. Los protagonistas principales tienen el estigma de ser tal como el estereotipo de su personaje lo indique. Por ejemplo, el artista que vive en desorden, el militar que vive atormentado; sin embargo, todos tienen como característica homogénea el encuentro con el amor de su vida y las vicisitudes que tienen que afrontar para llegar al ansiado final feliz aunque no siempre se logre. En “El futuro en la mirada” que es el cuento más largo y de mayor logro, ya que se transmite; la angustia, la alegría y un cambio radical en las emociones del protagonista, De Piérola, hace gala de sus dotes en la prosa poética:

Un artista se lo había repetido siempre, no puede depender de otra persona. Un artista tiene que ser autosuficiente, tener su propia moral, su propio código ético, sus propios valores, su reino aparte. Un artista solo puede crear en soledad, aunque la soledad como aquella tarde, fuera de vez en cuando un pozo amargo de donde uno quiere salir con una furia que no cabe en el cuerpo.

La descripción de las situaciones son en forma detallada y fina empleando metáforas incluso para relatar estados elementales que llegan a incrementarse, según la intensidad del tema. Por ejemplo, en la segunda parte del libro subtitulado, Sur y Norte que consta de sólo un cuento se percibe la atrocidad, la injusticia, la impotencia y la necesidad que tiene el ser de no verse ni sentirse confinado en soledad y decadencia, por eso la búsqueda de un lugar que brinde la oportunidad de volver a empezar. “Nieve” representa el camino de esa exploración; las angustias que implican el recorrido, la lucha por sobrevivir y dar todo de si hasta que de pronto uno se queda atrapado entre la desolación y la impotencia.

El estilo de este autor connota una íntima relación del lector con el relato debido a que se encienden las emociones, se logra así que además de horrorizarse y juzgar haya una sumisión en la incertidumbre de verse envuelto en una compleja situación. A pesar del hálito negativo el libro consigue establecer armonía entre la violencia y el amor dos temas tan antagónicos que se logran entrelazar debido a la calidad estética.
José de PiérolaSur y Norte
Grupo Editorial Norma
Lima, 2008,
222 páginas