Los días difíciles suelen ser terribles. Las noches más largas ambicionan espantar los minutos, asesinar los segundos y hasta seducir el fin. Abrir los ojos y verme envuelta en la realidad ¿sumida o sometida? Pregunta que se ha convertido en una sombra imposible de espantar. En los sueños ser valiente es mi papel y en mis despiertos sobrevivir el rol que debo asumir.
Si fuera fácil encontrar las respuestas o si tan sólo no fuera tan difícil, hay borbotones de palabras que se me escapan hay un fulgor enajenado que se me desprende. Las sonrisas se me pegan sin deseos de desprenderse. Pero, estas sonrisas no tienen sonido, no tienen alma. Sólo intentan ser sonrisas, ser valientes o cruzar la línea y dejar atrás el pegamento y sólo ser espontáneas para poder tener sonido, para poder asimilar su alma.
Los recuerdos de infancia, ver a una niña fuerte y feliz, totalmente despreocupada por la debilidad. Los recuerdos de esa niña que vivía feliz al lado tuyo, los recuerdos de esa anciana que vivía feliz al lado de esa niña. Si pudiera dar la vida la daría, volver a ser tu niña me haría tan feliz. Sin ti no sé vivir.
Voy haciéndome la valiente y cuando me quebranto y se me hace necesario alimentar mi alma, recuerdo las interminables tardes donde desbordaban esas sonrisas estentóreas, llenas de alma. Te lo he dicho más de un millón de veces, en las interminables conversaciones silenciosas y diarias. Tú eres todo para mí.
Aunque es absurdo pedir que vuelvas no puedo negar que en mis momentos de fragilidad deseo tanto que vuelvas por mí.
Si fuera fácil encontrar las respuestas o si tan sólo no fuera tan difícil, hay borbotones de palabras que se me escapan hay un fulgor enajenado que se me desprende. Las sonrisas se me pegan sin deseos de desprenderse. Pero, estas sonrisas no tienen sonido, no tienen alma. Sólo intentan ser sonrisas, ser valientes o cruzar la línea y dejar atrás el pegamento y sólo ser espontáneas para poder tener sonido, para poder asimilar su alma.
Los recuerdos de infancia, ver a una niña fuerte y feliz, totalmente despreocupada por la debilidad. Los recuerdos de esa niña que vivía feliz al lado tuyo, los recuerdos de esa anciana que vivía feliz al lado de esa niña. Si pudiera dar la vida la daría, volver a ser tu niña me haría tan feliz. Sin ti no sé vivir.
Voy haciéndome la valiente y cuando me quebranto y se me hace necesario alimentar mi alma, recuerdo las interminables tardes donde desbordaban esas sonrisas estentóreas, llenas de alma. Te lo he dicho más de un millón de veces, en las interminables conversaciones silenciosas y diarias. Tú eres todo para mí.
Aunque es absurdo pedir que vuelvas no puedo negar que en mis momentos de fragilidad deseo tanto que vuelvas por mí.
4 comentarios:
No hay vacío que no se llene de retornos y esperanzas.
Intereante blog.
Nos leemos.
Saludos...
Ser valiente no es un papel...es toda una obra de bien. Sé protagonista de tu propia obra, sé siempre real, tus guiones los guías tú misma... el aplauso, aunque poco sonoro, será el que te brinde tu propia satisfacción y honra por lo hecho...
Genial, Jorge, nos estamos leyendo. Cierto "esperanzas y retornos..."
Un abracito.
Hace poco comentaba un escrito y transcribia una cita, esta es: "...así tras haber perdido el bien su universalidad, el bien de una secta, de una clase de una nación, de un Estado asume una universalidad engañosa para justificar su lucha contra todo lo que el conceptúa como mal" [Vasili Grossman-Vida y destino)
Entonces io me pregunto que es una obra de bien? Aunque es muy cierto una(o) debe primero confiar en si mismo, sin embargo creo que es fundamental oír al "otro"(desde mi humilde perspectiva, claro esta).
Un abracito!
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